| Por Elizabeth Hansen

¿Cómo pueden las familias practicar las obras de misericordia? - Dar de beber al sediento

“Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí”.

Las poderosas palabras de Jesús en el Evangelio de Mateo forman la base de la lista tradicional de las obras de misericordia. Cuando se trata de satisfacer las necesidades físicas, el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica enumera las siguientes acciones como obras corporales de misericordia:

  • Dar de comer al hambriento
  • Dar de beber al sediento
  • Vestir al desnudo
  • Dar posada al peregrino
  • Visitar y cuidar a los enfermos
  • Redimir al cautivo
  • Enterrar a los muertos

¿Cómo pueden las familias vivir esto? Especialmente con niños pequeños, el trabajo caritativo puede ser desalentador, pero no imposible. Las obras de misericordia serán diferentes para cada familia ¡y se pueden practicar muy fielmente cuando se trata de cuidar a los niños! Sin embargo, si desea introducir a sus hijos en actos de caridad fuera del hogar, tal vez estas ideas puedan ser un suave empujón para salir como Iglesia doméstica e ir al encuentro de los necesitados.


Dar de beber al sediento

Fue una temporada brutal de gripe estomacal, y le estaba enviando un mensaje de texto a una amiga cercana para decirle que uno de mis hijos estaba en pleno proceso. Ella ofreció su solidaridad y oraciones, pero luego me sorprendió con un regalo muy apreciado: una botella de Pedialyte y una caja de paletas heladas sacadas de su congelador para ayudar a prevenir la deshidratación.

Siempre recuerdo ese acto de "dar de beber al sediento" en un momento en el que no podía salir de casa como un pequeño pero perfecto ejemplo de formas simples y tangibles de practicar las obras de misericordia con nuestro prójimo.

Además de tener paletas heladas listas para la próxima vez que el norovirus se propague, ¿cómo puede su familia ayudar a llenar los vacíos para aquellos que carecen de necesidades simples como bebidas? Hable con su despensa local de alimentos sobre los artículos que normalmente no se donan. Los programas de alimentos como WIC pueden tener límites estrictos para las compras elegibles, a menudo excluyendo artículos como las alternativas de leche a base de nueces o plantas que las familias con restricciones dietéticas podrían preferir. ¿Necesita la sección de San Vicente de Paúl de su parroquia unos cuantos cuartos más de galón? La reciente escasez de fórmula para bebés reveló la rapidez con la que la fragilidad de nuestra cadena de suministro afecta a quienes más dependen de ella o a quienes no pueden hacer frente a los precios en alza. ¿Puede comprometerse a proporcionar fórmula todos los meses para un banco de pañales o un centro de recursos para el embarazo?

Especialmente cuando regresa el verano, el agua embotellada o las bebidas deportivas son un excelente complemento para las "bolsas de bendición" que se guardan en el automóvil para las personas sin hogar.

Numerosas organizaciones benéficas brindan acceso al agua potable en los países en desarrollo. He conocido familias que dan el diezmo para ellas y concientizan a sus hijos sobre el tema a través de libros y otros medios. Más cerca de casa, es probable que tenga organizaciones locales que ayuden a los vecinos que luchan por pagar los servicios públicos como el agua.

Sin embargo, recientemente me encontré con una catequesis del Papa Francisco y me conmovió su reflexión sobre cómo los cristianos deben practicar las obras de misericordia. Dijo que donar generosamente a las causas es importante, “pero tal vez no nos involucre directamente”. Continuó diciendo: “Siempre hay alguien que tiene hambre o sed y que me necesita. No puedo delegar esto a otro. Este pobre necesita de mí, de mi ayuda, de mi palabra, de mi compromiso. Todos estamos involucrados en esto”. (Audiencia general, 19 de octubre de 2016)

Para aquellos de nosotros con niños, la forma en que interactuamos con los necesitados puede sentar las bases de cómo entienden nuestra relación con Dios y el prójimo, la fe y las obras. Es una responsabilidad importante e insustituible. Entreguemos nuestros esfuerzos a Dios y oremos los unos por los otros, para que nuestras iglesias domésticas puedan servir como puntos brillantes de sanidad y misericordia dentro de su reino.


Elizabeth Hansen y su esposo, Luke, crían a sus cuatro hijos en Lansing, donde asisten a la parroquia de Resurrection.

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