Entiendo que Michelle tiene problemas de salud crónicos, pero ella va a varios médicos para obtener diferentes recetas de fuertes analgésicos. Me temo que se está convirtiendo en una adicta.

Ella dice: Tengo dolor constante

Tengo dolor constante y no consigo el alivio suficiente al tomar los medicamentos de una sola receta. Yo no soy adicta, sólo estoy tratando de vivir cada día. Me duele y Adam no me entiende.

¿Qué hacer?

La adicción de cualquier tipo puede causar una tensión terrible en un matrimonio, pero no siempre es fácil de detectar. El que una persona sea adicta depende de muchos elementos, incluyendo si el consumo de la sustancia causa problemas en su trabajo o vida social, si sigue utilizando la sustancia a pesar de las consecuencias adversas para la salud y de la preocupación de sus amigos y familiares.

El comportamiento de Michelle tiene dos serias señales. En primer lugar, ella está buscando a varios médicos. En segundo lugar, está tomando más de un medicamento para el dolor. Adam tiene motivos para estar preocupado, y él tiene que tomar medidas para ayudar a Michelle.

Adam podría comenzar siguiendo un sistema de resolución de conflictos siguiendo el modelo de las instrucciones de Jesús en el Evangelio de Mateo. (Mt 18:15-17) En primer lugar, confronta a la persona directamente. A continuación, obtén la ayuda de algunos amigos. Por último, involucra a una comunidad más amplia.

En primer lugar, Adam puede decirle a Michelle que su comportamiento le preocupa mucho. Si Michelle sigue insistiendo en que no tiene un problema, Adam podría incluir a otros amigos cercanos y familiares de confianza y con la reserva del caso. Estos amigos y familiares pueden haber notado de forma independiente un cambio preocupante en el comportamiento de Michelle, y pueden estar dispuestos a hablar con ella. El médico de Michelle también podría llegar a ser un aliado.

Si estas intervenciones más suaves no ayudan, Adam podría buscar un programa de recuperación de 12 pasos para el abuso de sustancias que se ofrece en muchas parroquias. Incluso si Michelle no está dispuesta a asistir, con frecuencia estos programas incluyen un componente de apoyo a los miembros de la familia o cónyuges no adictos como Adam. Dichos programas también pueden dar lugar a Adam a otras fuentes de ayuda para Michelle, incluyendo psiquiatras y centros de rehabilitación.