Ella dice: Tengo una gran oportunidad de empleo
No he podido encontrar trabajo en mi campo en esta área del país, y ahora tengo una gran oportunidad de empleo a tres estados de distancia. Yo ganaría más que Sam, pero parece ser un problema para él. Hemos vivido aquí por el trabajo de Sam durante 10 años, y ahora creo que es mi turno.
Él dice: No me quiero mudar
Me encanta mi trabajo, y puedo mantener a mi familia muy bien. Becky no necesita tomar el nuevo empleo; sólo quiere tomarlo. No veo ninguna razón para abandonar todo; no me quiero mudar. Siento como si estuviéramos en un callejón sin salida, simplemente no podemos ponernos de acuerdo.
¿Qué hacer?
No es un problema tan grave cuando ambos cónyuges quieren trabajar. Imagínese si ninguno quisiera trabajar...
En serio, asegúrate de que sean las cosas importantes las que te guíen en tu decisión. En otras palabras, no te estanques por las cosas sin importancia. Y elimina completamente las cosas destructivas. Vamos a revisar cada una.
Lo importante es la mutua disposición a hacer sacrificios para mantener su unidad como pareja, el ingreso suficiente para mantener a su familia y el apoyo mutuo el uno al otro de su desarrollo como individuos.
Las cosas menos importantes son donde vives, como lidiar con las irritaciones de una mudanza, la cantidad de dinero que estés ganando (siempre y cuando estés ganando lo suficiente) y quien está trabajando y quien no está trabajando.
Hay dos cosas destructivas: 1) Sentirse amenazado por los avances de la carrera de la otra persona (por favor, Sam, si esto es lo que tu sientes acerca de la situación de Becky, sería mejor deshacerse de dicho sentimiento); y 2) midiendo tu valor en términos de tu presencia en la fuerza laboral (por favor, Becky, si está sucediendo esto en tu pensamiento, de "es mi turno", deshazte de ello).
En resumen, siga el consejo de San Pablo a los Filipenses: "No hagan nada por egoísmo (rivalidad) o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo". (Fil 2:3)
Así que Sam, no te dejes dominar por el orgullo, el miedo o la inercia. Dejar tu trabajo y mudarse por el amor de Becky no representa una amenaza real para tu autoestima o tu economía familiar. Seguro de que será incomodo, pero sólo por un tiempo. El estar dispuesto a hacer esto por ella sería un signo de amor y de fe. ¿Y quién sabe qué nuevas oportunidades se podrían presentar?
Y Becky, se paciente y tierna con la renuencia de Sam. Una gran parte del auto-respeto de una persona puede estar conectado en su papel como proveedor. Asegurarle que tu respeto por él no cambiaría si él dejara de trabajar por un tiempo. De hecho, asegúrale que tu respeto por él crecería aún más si tuviera que renunciar a un trabajo que él ama por amor a ti.
Steve y Bridget Patton tienen maestrías en teología y consejería y sirven como ministros de vida familiar para la Diócesis de Sacramento.