ESTIMADO PADRE JOE: ¿Debo donar a nuestra campaña diocesana local? Si es así, ¿por qué?
Recibo muchas preguntas de los feligreses sobre las iniciativas de recaudación de fondos de la Iglesia, específicamente la que realizamos cada año en nuestra diócesis, llamada DSA o Diocesan Services Appeal. Es un tema importante, así que permítanme compartir mis pensamientos sobre esto con ustedes.
En primer lugar, en mis parroquias, como en la mayoría, realizamos colectas todas las semanas que podemos. Hacemos esto, porque necesitamos dinero para trabajar. El dinero se destina a la práctica y la misión. En lo que concierne a la práctica, el mayor gasto son los salarios y seguros. En el presupuesto de mis dos parroquias, ese es, de lejos, el mayor gasto, incluso con nuestros empleados lamentablemente mal pagados.
Más allá de eso, gastamos una cantidad significativa de nuestros recursos sirviendo a los pobres y a nuestros feligreses.
Ni lo práctico ni lo misionero serían posibles, si no hiciéramos colectas todas las semanas.
Asumiría que esta es la norma para la mayoría de las parroquias.
La diócesis en la que estamos tiene exactamente las mismas necesidades, pero en una escala mucho mayor. Necesita hacer lo que hacen las parroquias individuales, pero sin una colecta semanal. En cambio, cuenta con que hagamos una gran colecta cada año para que pueda realizar misiones y ayudar a cada ministro parroquial.
Veamos primero cómo la diócesis se preocupa por los pobres y vulnerables.
TRABAJO CARITATIVO
Se sorprenderían, si hicieran un seguimiento de la vasta y eficiente obra caritativa que se lleva a cabo en su diócesis. Creo que se llenarían de orgullo por las misiones que se han realizado y se siguen realizando con los más pobres y vulnerables. Es casi imposible imaginar cómo funcionarían las regiones de nuestra diócesis, si no fuera por el asombroso trabajo que hace la Iglesia. Los programas de asistencia del gobierno se verían abrumados si no pudiéramos ayudar.
Nada de esto sucedería sin la DSA.
DSA también es el medio por el cual la diócesis atiende espiritualmente.
EDUCACIÓN DE SEMINARISTAS
Un aspecto que exige gran presupuesto para cualquier diócesis es la educación y capacitación de hombres jóvenes que escogen el sacerdocio. Si un joven siente el llamado de Dios al sacerdocio, iniciará todo un proceso. Se necesitan como mínimo 8 años, aunque por lo general son 9 o 10. Para educar a un sacerdote, es indispensable contar con profesores que tengan títulos especiales y, francamente, no hay muchas personas con esos títulos. Más allá de eso, un seminarista debe estar en comunidad con otros jóvenes que han elegido el sacerdocio.
Si juntamos todos estos factores, resulta ser un proceso educativo muy costoso, pero necesario, y que solo es posible a través de nuestra colecta de DSA.
ATENDIENDO LAS NECESIDADES FINANCIERAS Y EMPRESARIALES DE TODAS LAS PARROQUIAS
Hay otro aspecto que me resulta un poco más difícil de explicar, pero que, de hecho, es la forma más usual en la que la DSA ayuda a su parroquia.
Cualquier diócesis que esté bien coordinada trata a toda la empresa como una unidad, en la medida de lo posible.
Cuando se trata de seguros, una diócesis le ahorra al Pueblo de Dios una cantidad significativa de dinero al juntar a los asegurados. En lugar de que 100 parroquias, de manera individual, intenten obtener tarifas para el seguro, una diócesis puede negociar tarifas más bajas al agruparnos.
Cuando se trata de proyectos de construcción, su parroquia tiene acceso a especialistas y conocimientos que no se tendrían sin gastar mucho dinero. En mis dos parroquias teníamos proyectos importantes que completar, y ahorramos una cantidad asombrosa de dinero al no tener que contratar especialistas; en cambio, fuimos "dotados" con los que nuestro dinero colectivo financió a través de DSA. Pudimos asegurar préstamos puente que ningún banco nos hubiera dado.
Un ejemplo específico:
Cuando llegué por primera vez a mi parroquia, descubrí que estábamos significativamente atrasados en los pagos del seguro, y nuestros cálculos nos indicaron que iba a tomar algún tiempo ponernos al día. La diócesis intervino y nos ayudó a resolverlo todo, la buena noticia es que pudimos lograrlo en menos de dos años. Para ser claros, si no fuera por la ayuda de la diócesis, habríamos tenido problemas a largo plazo.
Para resumir, amigos, una vez al año la diócesis le pide a cada parroquia que intensifique y apoye el trabajo que hace. Así como las parroquias deben pagar a los empleados, cubrir el seguro, cuidar a los pobres, educar a los niños y atender a los necesitados, la diócesis tiene exactamente las mismas necesidades y, sin embargo, no puede o no hace una colecta semanal.
Podría seguir y seguir ... Realmente siento el santo y gozoso deber de compartir con todos la bendición que es la diócesis para nosotros, y espero que al compartir esto con ustedes, tengan una idea de por qué es bueno apoyar a la DSA.
En cuanto a mí, esta semana cumpliré mi promesa. Les pido que hagan lo mismo.
Disfruten otro día en la presencia de Dios.