
Fortalecer su matrimonio con la Liturgia de la Eucaristía
En la columna anterior nos centramos en cómo la Liturgia de la Palabra puede acercar a una pareja casada y cómo los nutre la presencia de Cristo en la Palabra. Ahora, pasamos a la segunda parte de la Misa, la Liturgia de la Eucaristía, donde encontramos el amor de Dios que se entrega, que profundiza y da forma a la relación matrimonial.
En la columna anterior nos centramos en cómo la Liturgia de la Palabra puede acercar a una pareja casada y cómo los nutre la presencia de Cristo en la Palabra. Ahora, pasamos a la segunda parte de la Misa, la Liturgia de la Eucaristía, donde encontramos el amor de Dios que se entrega, que profundiza y da forma a la relación matrimonial.
La presentación de las ofrendas y la preparación del altar
Los Ritos del Ofertorio, que inician la Liturgia Eucarística, no sólo preparan y bendicen el pan y el vino que serán consagrados, sino también nuestros propios dones que ofrecemos en el altar. Como pareja, nuestro trabajo de sacrificio y amor, que aportamos a nuestro matrimonio, se ofrece a Dios.
Mientras se prepara el altar, nos centramos en cómo nuestro matrimonio y nuestras vidas están unidos al sacrificio perfecto de Cristo y son santificados por Dios en la Plegaria Eucarística.
La Plegaria Eucarística
La Plegaria Eucarística es la cumbre de la Misa. Es una oración de petición, adoración, reparación y acción de gracias en la que Cristo, en la persona del sacerdote, se ofrece a su Padre. En virtud de nuestro bautismo, todos nosotros, incluidas las parejas casadas, podemos ofrecer el sacrificio con él. Mientras el sacerdote nos presenta ante Dios, nuestras oraciones y toda la creación, podemos centrarnos en todo aquello por lo que estamos agradecidos tanto en nuestro matrimonio como en nuestra vida familiar y dejar que nuestra gratitud mutua se filtre en nuestros corazones.
Durante la consagración del pan y el vino, nos hacemos presentes de una manera única en el sacrificio de amor de Cristo en el Calvario. A medida que el pan y el vino se transforman en el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesús, nosotros, a su vez, nos transformamos y enriquecemos en nuestra capacidad de sacrificarnos unos por otros. De hecho, la imagen del matrimonio cristiano se emplea comúnmente para describir el sacrificio de Jesús en la cruz, ¡desde tiempos tan remotos como San Pablo! En su Carta a los Efesios, San Pablo llamó a los maridos a amar a sus maridos “como Cristo amó a la Iglesia” (5,25). Así, el amor abnegado de Jesús es el modelo por excelencia del amor conyugal.
En la Plegaria Eucarística II, rezamos para que Dios nos lleve a nosotros y a toda la Iglesia a la plenitud de la caridad. Nuestros matrimonios pueden transformarse cuando esperamos y rezamos por ello.
La invitación a la comunión
Rezar juntos el Padrenuestro y luego ofrecerse mutuamente la paz puede reconciliar a la pareja casada, ya que dejamos de lado lo que nos separa y nos unimos de una manera especial antes de recibir la Comunión. Recibir la Eucaristía nos une a Cristo, nos da la gracia de vivir nuestro matrimonio en amor y fidelidad duraderos, también nos lleva a la unidad y comunión entre nosotros. Después de experimentar un don tan grande, en los Ritos de Conclusión, recibimos una bendición final y somos despedidos para llevar el amor de Cristo al mundo.
Pensamientos finales
Ser más conscientes de las formas en que la Misa puede fortalecer nuestro matrimonio nos permite ver cómo nuestras vidas matrimoniales cotidianas están orientadas hacia Dios. Es una invitación a reflexionar sobre cómo encontramos a Cristo y ofrecemos nuestro ser a Dios no sólo en nuestra comunidad de fe, sino también en nuestro hogar. Si rezamos la Misa con amor y devoción, se abrirán nuestros corazones a un mayor amor y caridad tanto hacia Dios como hacia los demás.
Tracy Rodenborn vive en East Greenwich, Rhode Island, con su marido, Steve, y sus cuatro hijos. Tras haber ocupado cargos ministeriales en parroquias católicas y escuelas secundarias de todo el país, ahora trabaja en el Satellite Theological Education Program (STEP) de la Universidad de Notre Dame.