A los sanguíneos les encantan todas las cosas interpersonales, excepto los conflictos. Quieren estar con usted y ser felices con usted. A veces se los acusa a un sanguíneo de llevar gafas de color rosa porque tienden a ver lo positivo en todo y les disgusta lo negativo.

A nivel espiritual, el sanguíneo probablemente encuentre afirmación en la admonición de Jesús contra la preocupación: “¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?” (Mt 6,27); o en estas palabras de Pablo: "Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense. ... No se angustien por nada ... Todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos" (Flp 4,4;6;8).

Creativos y enérgicos, muchos sanguíneos destacan en el mundo empresarial, las ventas, el marketing, la planificación de eventos o las comunicaciones. Como padres, suelen ser muy queridos por los niños (¡porque en el fondo, ellos mismos son unos niños grandes!). Un padre sanguíneo suele ser entrenador, voluntario en el colegio de los niños, organizar citas para jugar y llevar a la gente a tomar un helado.  

Pero, como ocurre con la mayoría de las cualidades temperamentales, esto puede ser una bendición a medias. Cuando surge un problema grave en la crianza de los hijos, el padre sanguíneo puede tener la tentación de pasar por alto el problema, con la esperanza de que una perspectiva confiada funcione. O cuando un cónyuge tiene un problema muy preocupante del que necesita hablar, puede que no se conforme con el tópico sanguíneo de “todo irá bien”.

El viejo cliché de que “los polos opuestos se atraen” es cierto en muchos casos. Sin embargo, con el tiempo estas diferencias pueden convertirse en una fuente de conflictos. El extrovertido sanguíneo puede encontrar al introvertido un poco estirado. Y el introvertido callado y reflexivo puede empezar a preguntarse cuándo su cónyuge hablador e impulsivo dejará de interrumpir y escuchará de verdad.

El temperamento sanguíneo puro es notablemente indulgente, orientado a las relaciones y solidario -una receta, podría pensarse, para la entrega en el matrimonio. Pero pueden surgir problemas cuando las cosas se ponen difíciles. A veces, estos intentan evitar el conflicto escapando emocionalmente y dedicándose a otra actividad.

Si usted es el sanguíneo de la relación, tómese el tiempo necesario para invertir en las conversaciones profundas y cariñosas que pueden ser más difíciles, pero que les acercarán a los dos y a Dios.

La alegría duradera y la paz verdadera serán suyas cuando se tome a pecho la admonición de Cristo: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga” (Lc 9,23).