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¿Necesito comprarle “lo último” a mi hijo?
A veces la crianza de los hijos es simplemente complicada, y una de las cosas que se suma a la complicación es la influencia que los demás tienen tanto sobre nosotros como nuestros hijos. La crianza de los hijos es algo personal, pero no faltan opiniones, consejos y emociones que pueden contradecir nuestros puntos de vista y nuestras prácticas. Enseñar a nuestros hijos a comprender con gratitud la diferencia entre necesidades y deseos es una lección que tenemos que repetir. Hemos pensado que podría ser útil ofrecer algunas ideas para los niños que parecen querer todas las cosas que tienen los demás.
A veces la crianza de los hijos es simplemente complicada, y una de las cosas que se suma a la complicación es la influencia que los demás tienen tanto sobre nosotros como nuestros hijos. La crianza de los hijos es algo personal, pero no faltan opiniones, consejos y emociones que pueden contradecir nuestros puntos de vista y nuestras prácticas. Enseñar a nuestros hijos a comprender con gratitud la diferencia entre necesidades y deseos es una lección que tenemos que repetir. Hemos pensado que podría ser útil ofrecer algunas ideas para los niños que parecen querer todas las cosas que tienen los demás.
Empezar por la verdad
No siempre se puede conseguir lo que se quiere, y hay razones para ello. Explique que a veces la razón por la que decimos que no es económica. En ocasiones, no se ajusta a nuestras prioridades, habilidades, tiempo o valores. No decimos que no sólo para ser mezquinos y quitarle toda la diversión a la vida; además, la felicidad no viene de las cosas.
Escuchar
No siempre se trata de la Copa Stanley o de algo de diseño lo que llama la atención de los niños. Muy a menudo, cuando llegan a casa suplicando por “lo último” -diciéndole que no encajarán si no tienen “eso”- es posible que sientan que están al margen por razones que no tienen nada que ver con las cosas. Tómese el tiempo necesario para hacerles preguntas y escucharles; ser un niño puede ser duro, y puede que necesiten ayuda para resolver las cosas.
Valor real
Recuerde a sus hijos que tienen valor porque han sido creados, dirigidos, adorados y protegidos por Dios, que les ama más de lo que pueden imaginar, y eso es lo que les da verdadero valor, no “las cosas” o “los objetos”. El amor de Dios es incondicional, así que si alguien en la escuela o en el equipo sólo les quiere si tienen “la cosa”, esa no es la pertenencia o amistad que mejorará su vida. Una gran pregunta para hacer: “¿Cómo te ayudará a convertirte en santo esa cosa que crees que tienes que tener o la gente que dice que tienes que tenerla?”
Virtudes
Situaciones como estas son el lugar perfecto para enseñar y practicar la templanza, generosidad y prudencia. Mostrar y contar puede ser más útil que discutir sobre la compra de una cosa excesivamente cara o innecesaria cuando se dedica algo de tiempo a darse cuenta o a ayudar a alguien que está muy necesitado.
El juego largo
Resistirse a las compras impulsivas y “basadas en el deseo” puede ayudar a los niños a aprender a ser consumidores sensatos. Si crecen consiguiendo todas las cosas que quieren, no desarrollarán la paciencia, el discernimiento y el sentido del dinero necesarios para la edad adulta. Dado que muchos de los artículos que “tengo que tener” acaban en el fondo del armario o debajo de la cama, establecer un proceso de “pensar, rezar y esperar” puede ayudar a frenar el pensamiento materialista.
Eres mi hijo
Los niños necesitan entender que sus padres les quieren lo mejor que pueden, lo que a veces significa que toman decisiones que no les gustan, sin importar lo que hagan otras familias. Los niños dirán cosas hirientes, pero lo “de moda” no cambiará eso. Cuando los niños saben su verdadero valor y que sus padres les quieren y aceptan, la opinión del mundo no importa tanto. Mi madre solía decir que su trabajo consistía en quererme, rezar conmigo y engrasar mis plumas para que las palabras poco amables o tontas de los demás resbalaran como el agua por la espalda de un pato.
Sheri Wohlfert es una esposa, madre, abuela, oradora y escritora católica. Su blog está en www.joyfulwords.org.