| Por Adam Cross

Cuando alguien te pregunta por qué eres católico …

Algunos ‘motivos más para nuestra esperanza’

En la última columna, imaginamos el escenario de un amigo, compañero de clase o de equipo que te pregunta: ¿por qué eres católico? ¿Qué respondes? Tal vez pienses: porque mi madre quiere que lo sea, o porque mi familia es católica, o porque tiene algún sentido. Quizás describas cómo has visto a Dios obrar en tu vida o cómo te encanta aprender sobre los santos y recibir a Cristo en la Eucaristía semanalmente. Independientemente de dónde te encuentres con tu fe en este momento, Dios te está llamando para que honesta e intencionadamente tengas una respuesta a la pregunta fundamental: ¿Por qué eres católico?

Las siguientes son ideas sobre cómo podemos dar testimonio de nuestra fe en nuestra vida cotidiana.

 

Tu búsqueda

Si echas un vistazo a las Escrituras, los profetas y los discípulos no tenían todas las respuestas. Los amigos más íntimos de Jesús no veían con claridad lo que estaba a punto de suceder. Aun así, confiaron y siguieron a la persona que conocían. Confiaron en el Señor. Compartir tu búsqueda continua de Cristo y de su Iglesia puede cambiar la vida de los demás. No tenemos que fingir que lo tenemos todo controlado. El Papa Francisco ha dicho: “La Iglesia no es un museo para santos, sino un hospital para pecadores”. Al compartir nuestra fe con los demás, podemos compartir nuestro viaje continuo de sanación, santificación y aprendizaje de la fe católica, que no ha terminado.

Tu invitación

Por último, nuestra mejor respuesta a por qué somos católicos incluye una invitación a que los demás se encuentren con Cristo. En los tres Evangelios sinópticos, Jesús pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Al hacerlo, Jesús invita a los que encuentra a seguirle, a hacerse preguntas y a pensar en Dios, en la vida y en el amor de una manera nueva. Nuestro mejor testimonio de fe puede incluir preguntar a los demás en qué creen y viajar con ellos mientras exploran las grandes cuestiones de la vida. Podemos compartir cómo nos hemos encontrado con Dios e invitarles a explorar cómo ha actuado él en sus vidas. También podemos confiar tanto en el Espíritu Santo como en la oración para saber que no tenemos que inventar las palabras y testimonios de fe por nuestra cuenta, sino que podemos confiar en que Dios actúa a través de nosotros y de nuestras historias.

Nuestro testimonio de fe y nuestra respuesta a esta sencilla pregunta de por qué somos católicos puede convertirse en un asombroso camino de conversión para quienes nos rodean y Dios ha puesto en nuestras vidas.


Adam Cross es un terapeuta matrimonial y familiar licenciado en California, y trabajó como ministro de la juventud en su parroquia local durante 8 años. A Adam le encanta integrar la fe católica en su práctica terapéutica.

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