
Temas de la Doctrina Social Católica
La vida y la dignidad de la persona
La vida y la dignidad de la persona
Según la Conferencia Católica de Obispos de Estados Unidos (USCCB), la Doctrina Social de la Iglesia Católica (DSC) proporciona una lente a través de la cual podemos entender y abordar los problemas sociales. La idea, por supuesto, es que la DSC ayude a los individuos y a la sociedad a aplicar el mensaje del Evangelio en la vida social, económica y política para construir una sociedad más justa para todos.
Según la Conferencia Católica de Obispos de Estados Unidos (USCCB), la Doctrina Social de la Iglesia Católica (DSC) proporciona una lente a través de la cual podemos entender y abordar los problemas sociales. La idea, por supuesto, es que la DSC ayude a los individuos y a la sociedad a aplicar el mensaje del Evangelio en la vida social, económica y política para construir una sociedad más justa para todos.
Aunque la Iglesia Católica tiene una larga tradición de intervenir en cuestiones sociales, se considera que la DSC, como forma específica de la doctrina de la Iglesia, surgió en 1891. Ese año, el Papa León XIII publicó la encíclica Rerum Novarum para abordar la opresión de la clase obrera por la Revolución Industrial y el auge del socialismo. Desde entonces, numerosos documentos papales y vaticanos han enriquecido la DSC.
La USCCB describe la Doctrina Social de la Iglesia Católica como “un elemento central y esencial de nuestra fe”. La DSC tiene sus raíces en el anuncio de los profetas hebreos del amor de Dios por los pobres y en la llamada del pueblo a la alianza con Dios. Además, la DSC encuentra su fundamento en la vida y palabras de Jesucristo.
Sin embargo, la DSC también fluye naturalmente de la revelación que Dios nos hace de sí mismo. Como escribió San Juan Pablo II en su exhortación apostólica Ecclesia en América, nuestro Dios es una comunión trinitaria. Como estamos hechos a imagen de Dios, compartimos esta naturaleza comunitaria y social, asimismo, estamos llamados a construir relaciones de amor y justicia a través del poder del Espíritu Santo.
El principio fundamental
La Doctrina Social de la Iglesia Católica se centra en siete principios fundamentales. El primero de ellos es “La vida y la dignidad de la persona”. Este principio declara que cada individuo tiene un valor inherente y que toda vida es sagrada. La DSC (por no mencionar todos los derechos humanos) se basa en este principio. La USCCB llega incluso a afirmar que la DSC es “inseparable de nuestra comprensión de la vida humana y la dignidad humana”.
Este respeto por la vida y la dignidad de la persona, a su vez, se basa en la creencia de la Iglesia de que todo ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, así como redimido por Jesucristo. Por ello, la Iglesia enseña que toda persona, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural, tiene una dignidad inherente y, por lo tanto, tiene derecho a la vida. Esta dignidad proviene únicamente de Dios y no se basa en ninguna cualidad, característica o logro humano.
Comunión y corresponsabilidad
Hace más de veinte años, la Comisión Teológica Internacional, en su documento Comunión y corresponsabilidad: la persona humana creada a imagen de Dios, identificó dos puntos críticos que se derivan de una comprensión profunda de las personas humanas creadas a imagen de Dios.
En primer lugar, porque hemos sido creados libremente y por amor de Dios para compartir la vida eterna con él, nuestra “similitud radical” con el Dios trino constituye la base de nuestra relación con esta comunión trinitaria para la que hemos sido creados. Del mismo modo, como personas creadas a imagen de Dios, también estamos orientados hacia la comunión entre nosotros. Somos seres relacionales creados para la comunión.
En segundo lugar, la comisión señaló que, dado que hemos sido creados a imagen de Dios para compartir la comunión del amor trinitario, también disfrutamos del privilegio de “participar en el gobierno divino de la creación visible” (57). Esto significa que también somos responsables y debemos rendir cuentas del modo en que ejercemos este privilegio.
En consecuencia, el principio de la DSC de “la vida y la dignidad de la persona” nos llama a una relación cada vez más profunda con Dios, el prójimo, uno mismo y la creación. Nos ofrece el criterio con el que debemos discernir la validez de todos los programas e iniciativas sociales, económicos, políticos y tecnológicos.
¿El programa o iniciativa ofrecido:
- honra o menoscaba la dignidad de la persona humana, de todas las personas humanas?
- valora o devalúa la vida humana?
- conduce a una vida humana más plena o a una más restringida y empobrecida?
- promueve una mayor comunión o una mayor división?
- representa un uso responsable del poder o conducirá a una mayor degradación de las personas y la creación?
¿Quién dijo eso...
“Los derechos fundamentales no son creados por el legislador ni otorgados al ciudadano. El valor de la dignidad humana [...] tiene prioridad sobre todas las decisiones políticas”
a. San Agustín
b. Santa Teresa de Calcuta
c. Papa Benedicto XVI
d. San Juan Pablo I
Respuesta: c - El Papa Benedicto XVI en su discurso ante el Bundestag (Parlamento) alemán el 22 de septiembre de 2011
“Nuestro cometido consiste en proponer de nuevo … la persona y la dignidad humana no como un simple reclamo, sino más bien como los pilares sobre los cuales construir reglas compartidas y estructuras”.
a. Papa Francisco
b. Papa Juan Pablo I
c. Santa Isabel Ana Seton
d. Santa Teresa Benedicta de la Cruz
Respuesta: a - El Papa Francisco en su discurso a los participantes en la 38ª Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el 20 de junio de 2013.
Doug Culp es el canciller para la Diócesis Católica de Lexington.