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 | Por Dan Cellucci

Consejos inspirados en el Adviento para un liderazgo eficaz

Cada año me propongo sumergirme de lleno en el Adviento, preparando con calma mi corazón y mi hogar para la venida de Cristo. Pero entre el elfo en la estantería, las compras navideñas de última hora y el aumento de las exigencias laborales, apenas puedo prepararme para el día siguiente, y mucho menos para la Navidad. Pero los buenos líderes saben que la preparación es clave, ya sea para dirigir un ministerio, un equipo o un hogar. He aquí tres consejos inspirados en el Adviento que pueden ayudarnos a todos a prepararnos más intencionadamente en nuestro liderazgo.

 

1. Empiece por reflexionar: Conozca sus objetivos

La preparación eficaz en el liderazgo comienza con la reflexión, al igual que reflexionamos sobre la venida de Cristo y el significado de su llegada a nuestras vidas en Adviento. Tómese un tiempo para aclarar sus objetivos y el propósito de su liderazgo. Tanto si está planeando un acto parroquial como si dirige un proyecto en el trabajo, pregúntese: ¿Qué espero conseguir? ¿Qué impacto quiero tener? Comience con objetivos claros y prepare el terreno para una acción intencionada y con propósito.

2. Desglóselo: Los pequeños pasos conducen a un gran éxito

El Adviento es una época de pequeños pasos significativos que nos preparan para la gran celebración de la Navidad: encender las velas de una en una, rezar y decorar poco a poco nuestros hogares. En el liderazgo, se aplica el mismo principio. En lugar de sentirse abrumado por la enormidad de una tarea, divídala en pasos manejables. Empiece una gran tarea con una lista de comprobación y aborde un punto a la vez. Las acciones pequeñas y coherentes crean impulso y garantizan que no se pase por alto nada importante.

3. Prepárese para lo inesperado: La flexibilidad es la clave

Los buenos líderes saben que la preparación implica estar listo para lo inesperado. A pesar de sus mejores esfuerzos, las cosas no siempre saldrán según lo planeado. El sistema de sonido puede fallar en su acto parroquial, o un miembro clave del equipo puede estar enfermo. Anticipe los retos potenciales y tenga un plan B (y C) listo para ponerse en marcha. La flexibilidad en el liderazgo no significa que no esté preparado; sino que está tan bien preparado que puede adaptarse a cualquier cosa que se le presente.

En este Adviento, dediquemos tiempo a reflexionar sobre nuestros objetivos, a dar pasos pequeños pero firmes y a prepararnos para lo inesperado. De este modo, no sólo podremos dirigir con mayor eficacia, sino que también crearemos un espacio para que se despliegue algo más grande - al igual que el Adviento nos prepara para la alegría y maravilla de la Navidad.


Dan Cellucci es el CEO del Catholic Leadership Institute.

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