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 | Por Sue Parker

Santa Francisca Javier Cabrini

(1850-1917)

Santa Francisca Javier Cabrini, la primera ciudadana estadounidense en ser canonizada, es un modelo a seguir para todos los que enfrentan la adversidad. Su persistencia en servir a Dios a través de los pobres y desfavorecidos, a pesar de los obstáculos que se le interponen, es una inspiración para todos aquellos que buscan servirlo.

Francesca Cabrini, la menor de 13 hijos, nació en San Ángelo Lodigiano, Italia, el 15 de julio de 1850. Aunque luchó con problemas de salud toda su vida, soñaba con ser misionera en China. Fue rechazada de una orden religiosa debido a su mala salud. Luego se convirtió en directora de un orfanato en Córdoba, Italia, donde formó una pequeña comunidad de mujeres comprometidas con la vida religiosa. Hizo sus votos religiosos en 1877, y en honor del jesuita Francisco Javier, el patrón del servicio misionero, se convirtió en la hermana Francisca Javier Cabrini.

La madre Cabrini fundó las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús en 1880. Cuando buscó la aprobación del Papa León XIII para establecer misiones en China, este le dijo que fuera "no al este, sino al oeste" para atender a la multitud de inmigrantes italianos pobres que huían a los Estados Unidos. Con seis hermanas de su comunidad, viajó a Nueva York en barco, en 1889.

Más obstáculos le esperaban en Nueva York. La casa designada para servir como su primer orfanato no estaba disponible. El arzobispo Michael Corrigan la instó a que se fuera a casa. Pero decidida a proporcionar hogares y educación a los huérfanos, la madre Cabrini se quedó en Nueva York hasta que finalmente recibió el permiso para abrir un orfanato. Conocida por sus habilidades de organización y motivación, logró generar apoyo para su orfanato en Nueva York y más allá. Durante los siguientes 35 años, estableció 67 orfanatos, escuelas, conventos, además de hospitales, en los Estados Unidos, Europa y América del Sur.

Murió a la edad de 67 años y fue canonizada en 1946.